lunes, 17 de mayo de 2010

Cultura de masas

Cultura de masas se entiende como la ampliación del ámbito de la cultura a las grandes masas sociales, la entrega de los bienes culturales al alcance de todos, y por tanto la nivelación de dicha cultura a través de estereotipos, gustos estandarizados, entrega de mensajes homogéneos carentes de una crítica real puesto que desde ahora el producto cultural será preparado “desde arriba”, desde la capa dominante de la sociedad, y entregada a través de el mercado mediante leyes de oferta y demanda. Es la cultura del conformismo.

El aspecto positivo por otra parte es la inclusión de sectores antes totalmente marginados de los aspectos culturales, la nivelación social en tanto que la cultura de masas actúa como disolvente entre clases (debido a su carácter homogeneizador) y por tanto en gran medida se representa casi como un proveedor de igualdad.

Surge durante los primeros años del siglo XX, posibilitado por el éxito de la revolución industrial que permite la creación de grandes cantidades de productos antes imposibles de manufacturar: es la cultura de la producción en masa. Trae consigo una serie de consecuencias sobre la vida social, puesto que si con anterioridad la cultura era un aspecto reservado y aprovechado por una elite que podía permitírselo, ahora se convertirá en algo a lo que cualquiera puede acceder con un mínimo de esfuerzo.

Dicha entrega de cultura no es gratis, se paga con la reducción en la “calidad” de la cultura, puesto que ya no estará enfocada a un público reducido, ni guiado a través de una relación personalista entre dos individuos, como la existente entre un artesano o un ilustrador de libros durante la edad media, y su potencial cliente (cada trabajo, cada dibujo era único), sino a través de un mercado que para funcionar debe guiarse por los fundamentos de la oferta y demanda, de los promedios de población y no en el individuo.

El rebaje de la calidad surge de la necesidad sistémica de ser capaz de llegar a la mayor cantidad posible de individuos. La entrega de valores aparentemente originales y una sensación de buen gusto adaptada a la masa es la manera en que la cultura soluciona el problema del alcance; estos valores serán en realidad estereotipos creados a través de mercadotecnias y análisis instrumentales, y productos que serán la representación del kitsch en lugar de un verdadero gusto.

Este estado de la cultura es el preeminente en toda cultura de la actualidad (aunque el nivel de alcance será algo discutible) puesto que responde a una forma de organizar el mundo luego de la masificación de producciones: el público que se requiere para que subsista una sociedad de producción masiva es obligatoriamente masivo.

Es en este ámbito social en el que surgen productos como el rock and roll, las telenovelas, autores como Stephen King o Isaac Asimov, y un interminable etc. Básicamente cualquier producto que este creado pensando en un público masivo, y que cumpla con una serie de características establecidas como lo son un fácil entendimiento del mensaje, un tratamiento de los temas que se cuide de decir cosas originales, y que simplemente entregue valores procesados y busque el provocar sentimientos.

Umberto Eco especificará dentro de la cultura de masas tres ámbitos de diferenciación cultural, enumerados como la “alta cultura”, la “cultura media”, y la “baja cultura”. Cada uno con sus características propias, y a las que debemos, apunta Eco, referirnos alejados de una mirada normativa: no se trata de divisiones buenas y malas, y una no es mejor que la otra, simplemente son.

Un producto de Alta cultura será, por ejemplo, una vanguardia: no busca necesariamente agradar a todos los receptores, ni se enfoca en un público perezoso necesitado de explicaciones. La vanguardia será un producto que va a necesitar cierto nivel de análisis para ser apreciada de forma completa, destinada no a todos los hombres, y en particular no al hombre masa promedio.

Cultura media será aquella que tome los aspectos de la alta cultura y les remueva sus características de originalidad; es decir los nivelaría para ser apreciados por un público mucho mayor, pero al mismo tiempo los reparte bajo la apariencia de ser algo nuevo.

De esta manera se crea una especie de círculo vicioso entre la alta y la media culturas: La cultura media toma de la alta cultura los productos que luego repartirá rebajados a un público de masas; y a su vez la alta cultura, intentando desmarcarse de la cultura media, creara nuevos productos originales, que con el tiempo serán transformados en obras de la cultura media.

Por otra parte la cultura baja será aquella en la que el rebaje alcanza su límite, y cuya producción proviene exclusivamente desde arriba: El kitsch es el rey, la simplificación de todos los valores será la principal característica. Aquí la entrega de sensaciones prefabricadas será la idea dominante, guiada completamente por el mercado, desde arriba (capas dirigentes).

domingo, 16 de mayo de 2010

Homero Simpson: Pequeña biografía

Hijo de Abraham Simpson y de Mona J. Simpson. Es difícil especificar su año de nacimiento, pero una parte de su infancia se ubica en los años de los movimientos Hippies en Norte América (como el mismo dice en una ocasión: “Durante los 60’s…o a finales de los 50’s…o quizá a principios de los 70’s”). Casado con su amor de toda la vida Marjorie Bouvier, y padre de los afamados Bartholomew J. (Bart), Lisa y Margaret (Maggie).

El personaje fue creado en el año 1987 por el dibujante Matt Groening, y actualmente acumula una suma nada despreciable de premios en su historial, entre los que swe cuentan:

  • Segundo lugar entre los 50 mejores personajes de dibuhos animados de todos los tiempos (TV Guide)
  • Elegido por los televidentes británicos como el personaje más grande de todos los tiempos.
  • Personaje de ficción al que la gente le gustaría ver como presidente de los Estados Unidos
  • Estadounidense más grande, en una encuesta británica
  • Uno de los 25 personajes más influyentes de los últimos 25 años (USA Today)

Y eso solo en sus logros personales, sin tomar en cuenta la enorme cantidad de premios obtenidos a lo largo de los años por el programa. Homero es el cabeza de la familia más importante de la televisión, y es el único que da la talla para tal puesto

Evolucion Homerica


No pocos han sido los cambios de Homero a lo largo del tiempo: Desde el padre gruñón que discutía con sus hijos y tenia rabietas por sus bromas que apareció en su primera incursión en la televisión, pasando por el padre medianamente normal, pero ya marcadamente “lento” para entender las cosas, al Homero de las últimas temporadas, mucho muy lento y egoísta.

La alteración de un producto es producido por su consumo, y Homero no es la excepción a la regla, y mientras continúe dándonos en el gusto (bien sea cambiando o manteniéndose tal y como está) su continuidad en la televisión, y en la sociedad, es algo
asegurado
.

Homero como héroe


Homero posee capacidades que escapan al común de los mortales: puede un dia escalar una montaña mortal incluso para los mejores, y al día siguiente convertirse en el tercer hombre en la tripulación de una nave espacial. Y eso solo para empezar.
El verdadero poder de Homero es el de representar a toda la cultura en su persona: El hombre promedio, con su trabajo promedio, un físico promedio y una familia promedio, con gustos culturales básicos y sin mayores aspiraciones en su vida que las de comer, beber y dormir todo lo que pueda. El representa la idea de una sociedad en su totalidad, la masa de clase media, dominante hoy en día, tiene a su icono, hijo y representante, en la persona de un obeso y calvo personaje amarillo de aproximadamente 39 años de edad.

Si el carácter de un héroe es, más allá de poseer habilidades súper humanas, el de representar ciertos ideales (ideal Guerrero en un Aquiles, o de justicia en un Superman) que conciernen a una sociedad particular en un punto especifico de la historia, pues la cultura de masas encontró su héroes en la figura de Homero; él es el hombre que carga en sus hombros la bandera de embajador de una sociedad de masas que se distingue de las demás por sus características de consumo, rebaje cultural y conformismo: Homero es la epitome de nuestros tiempos, superando a cualquier figura que busque, mediante poderes y habilidades, ostentar semejante titulo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Homero Jay Simpson: Introducción


The Sunday Times lo ha descrito como “la creación cómica más grande de todos los tiempos”, es hoy por hoy uno de los iconos de la televisión a nivel mundial. Jefe de hogar de una de las familias más famosas de la historia: “Los Simpson” que ya cuenta con 455 episodios emitidos en Estados Unidos, o lo que es igual: 21 temporadas al aire transmitidas por un periodo de más de dos décadas.

D'oh!, la interjección que ha hecho famosa, fue, en el año 2001, a causa de su masiva popularidad, incluida en el Oxford English Dictionary, y eso sin tener en cuenta la monumental marejada de merchandising que es posible encontrar sobre el personaje: Lámparas, paleras, chaquetas, diseños de tatuajes, libros sobre su personalidad, análisis sobre su filosofía de vida, paginas como http://www.thesimpsonsshop.com/ donde es posible adquirir desde estampillas hasta tasas con su rostro.

Alcohólico, descuidado, holgazán, aprovechado, ladrón cuando es “necesario”…el numero de defectos a enumerar va a depender de la paciencia de cada quien, ya que es muy probable que no existan muchos delitos que él no haya cometido como mínimo una vez (¿estafa? Si, ¿secuestro? Si, ¿maltrato infantil? Probablemente en 450 de los capítulos emitidos), y sin embargo el arrepentimiento es cosa de episodios contados con los dedos. Además, sin importar las fechorías que cometa o que tan mal hayan quedado las cosas por su culpa, siempre encontrará una manera de hacer que bien o su familia o sus amigos (o ambos) lo perdonen.

¿Matt Groening puede ser considerado como el único creador de semejante portento mediático? No. Eso sería ignorar un variado número de influencias que determinan de manera radical el carácter final de Homero. Su constante salirse de los limites sociales establecidos, pero nunca lo suficiente como para que no pueda retractarse y conseguir el perdón, representa en sí misma una mecánica preestablecida no por un Groening, sino por una forma de entregar las cosas en base a unos supuesto previamente establecidos: Una cultura de masas, a través de las leyes de una economía de masas.

Homero representa un producto refinado a través del tiempo. Ciertos elementos combinados de manera tal que agradan a la gran mayoría del público; ¿Por qué? Simplemente (aunque no haya nada de “simple” en esto) es esa misma gran mayoría la que la da forma a Homero. La economía de masas, o la economía establecida dentro de una cultura de masas, estandariza los procesos por los cuales la cultura es entregada a los grandes grupos de personas.

La economía de masas se regirá por las leyes de la oferta y la demanda, de las que un producto como Homero es completamente dependiente: si el día de mañana se dejará de querer a un Homero Simpson en la televisión, desaparecería en un abrir y cerrar de ojos, o se adaptaría a los nuevos gustos predominantes. De esta manera, las características del personaje se adecuaran a lo que se espere de él, a lo que provoque en los espectadores un mayor deseo de verlo; y así es cómo podemos apreciar un evidente cambio entre un Homero de la primera temporada, con un Homero de la temporada 21.

La creación de Homero es colectiva y establecida por los estándares de la cultura de masas: la nivelación a la media. Homero es la representación de esta, su representante y embajador. Es el ideal máximo de una cultura que lo idolatra. Homero es el héroe del hombre promedio, que entrega un mensaje mediatizado y estándar, que a pesar de sus escapes de irresponsabilidad siempre acaba siendo el padre y esposo de clase media que se espera que sea. No puede ser de otra manera, porque la única forma que tiene de alcanzar tamaño éxito es adaptándose a los gustos de sus consumidores.

Homero representa lo que la cultura desea, es su hijo mayor y más querido. Tanto lo bueno como lo malo que tiene Homero surgen del deseo de lo que la media quiere, lo que la mayoría, en una expresión suprema de democracia, espera. No buscamos grandes sorpresas ni repentinos cambios de personalidad, solamente esperamos ver a un personaje que nos distraiga por aproximadamente 20 minutos al día, más comerciales. Un reflejo nuestro pero elevado a la decima potencia, Homero podrá hacer todo lo que nosotros no, y siempre logrará salir medianamente ileso. El puede alcanzar todo aquello que nosotros no podemos ni soñar con tener, y en eso radica nuestro gusto, como grupo, por el: No es que todos soñemos con ser Homeros algún día, sino simplemente que queremos que alguien, incluso tan común y corriente como un obeso y calvo trabajador de clase media, haga aquello que alguna vez hemos querido hacer, pero que no nos hemos permitido. O algo que escape a cualquier lógica o planeación. Y es que, cuando se trata de impulsos, ninguno de nosotros puede superar a Homero, y menos aún en su capacidad para sobrevivir a estos.